Vamos a ver si lo entiendes. Esto es una prioridad. Estamos los dos o no estamos. ¿Estamos los dos en que el niño ha nacido con duende en ese pié izquierdo o no estamos? Estamos. Pues vamos a ver si lo vamos entendiendo. A ver si nos creemos que esto lo hacemos por mí. ¿Lo hacemos por mi? No. ¿Lo hacemos por ti? Bueno, tampoco sería tan extraño. Pero no. Lo hacemos por el niño, eso lo tenemos claro. ¿Y qué te crees que va a conseguir el niño jugando en este puñetero pueblo? ¿Qué va a conseguir? Un mojón, eso va a conseguir. El niño me necesita al cien por cien, concentrado, pendiente de él, supervisando los entrenamientos, ¿comprendes? Si no estoy yo ahí, ¿quién coño se va a dar cuenta de lo que vale este? ¿Pero tú te das cuenta la pandilla de desgraciados que nos rodean? Esto lo hacemos por el niño, métetelo en la cabeza. Y es una inversión, sí, no me mires así. Lo hemos organizado todo Agus y yo y por mis muertos que vamos para adelante. Lo que cueste, cojones, lo que cueste. Nos vamos el jueves temprano con los dos chavales. El concurso está previsto para el viernes, pero así les centramos a estos llevándolos al Bernabeu a ver la sala de trofeos. Que lo huelan, ¿sabes? que se empapen de orgullo de gloria deportiva que es a lo que huele eso. Bah, no has estado nunca ahí y no tienes ni idea de a lo que huele esa bandera limpia y blanca que no empaña. Y claro, claro que comemos ahí. Creo que es un restaurante de cinco tenedores, bueno, pues donde come todos los días Florentino, y Mouriño, supongo. Pues lo que cueste, cojones, lo que cueste. Ya se lo he dicho a Agus, lo que cueste, Agus, lo que cueste, que estamos en el templo del club castizo y generoso, mal no nos darán de comer, joder. Y por la tarde, ale, inscribimos a los chavales y a dar un paseo por los alrededores del Bernabeu, que algún día nuestro hijo pueda recordar esa fecha como el día en que comenzó su historia en el Real Madrid gracias a su padre. Y a su madre, sí, claro. Y nada, pasamos la noche en la pensión y al día siguiente a triunfar, hija, a triunfar, porque en cuanto vean los ojeadores a este chaval te digo yo que se nos abren, ahora sí, las puertas grandes del Bernabeu. Te veo en el palco, niña. Pero bueno, todo a su tiempo. Anda, búscame en la internet desde Quijorna de Carrión cómo se llega al Bernabeu. Berna con b y luego beu.
Testimonios en primera persona de grandes protagonistas del mundo del fútbol. Su lado más íntimo y un montón de anécdotas
Translate
domingo, 28 de abril de 2013
CÓMO LLEGAR AL BERNABEU
Vamos a ver si lo entiendes. Esto es una prioridad. Estamos los dos o no estamos. ¿Estamos los dos en que el niño ha nacido con duende en ese pié izquierdo o no estamos? Estamos. Pues vamos a ver si lo vamos entendiendo. A ver si nos creemos que esto lo hacemos por mí. ¿Lo hacemos por mi? No. ¿Lo hacemos por ti? Bueno, tampoco sería tan extraño. Pero no. Lo hacemos por el niño, eso lo tenemos claro. ¿Y qué te crees que va a conseguir el niño jugando en este puñetero pueblo? ¿Qué va a conseguir? Un mojón, eso va a conseguir. El niño me necesita al cien por cien, concentrado, pendiente de él, supervisando los entrenamientos, ¿comprendes? Si no estoy yo ahí, ¿quién coño se va a dar cuenta de lo que vale este? ¿Pero tú te das cuenta la pandilla de desgraciados que nos rodean? Esto lo hacemos por el niño, métetelo en la cabeza. Y es una inversión, sí, no me mires así. Lo hemos organizado todo Agus y yo y por mis muertos que vamos para adelante. Lo que cueste, cojones, lo que cueste. Nos vamos el jueves temprano con los dos chavales. El concurso está previsto para el viernes, pero así les centramos a estos llevándolos al Bernabeu a ver la sala de trofeos. Que lo huelan, ¿sabes? que se empapen de orgullo de gloria deportiva que es a lo que huele eso. Bah, no has estado nunca ahí y no tienes ni idea de a lo que huele esa bandera limpia y blanca que no empaña. Y claro, claro que comemos ahí. Creo que es un restaurante de cinco tenedores, bueno, pues donde come todos los días Florentino, y Mouriño, supongo. Pues lo que cueste, cojones, lo que cueste. Ya se lo he dicho a Agus, lo que cueste, Agus, lo que cueste, que estamos en el templo del club castizo y generoso, mal no nos darán de comer, joder. Y por la tarde, ale, inscribimos a los chavales y a dar un paseo por los alrededores del Bernabeu, que algún día nuestro hijo pueda recordar esa fecha como el día en que comenzó su historia en el Real Madrid gracias a su padre. Y a su madre, sí, claro. Y nada, pasamos la noche en la pensión y al día siguiente a triunfar, hija, a triunfar, porque en cuanto vean los ojeadores a este chaval te digo yo que se nos abren, ahora sí, las puertas grandes del Bernabeu. Te veo en el palco, niña. Pero bueno, todo a su tiempo. Anda, búscame en la internet desde Quijorna de Carrión cómo se llega al Bernabeu. Berna con b y luego beu.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario