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domingo, 28 de abril de 2013

CÓMO LLEGAR AL BERNABEU




Vamos a ver si lo entiendes. Esto es una prioridad. Estamos los dos o no estamos. ¿Estamos los dos en que el niño ha nacido con duende en ese pié izquierdo o no estamos? Estamos. Pues vamos a ver si lo vamos entendiendo. A ver si nos creemos que esto lo hacemos por mí. ¿Lo hacemos por mi? No. ¿Lo hacemos por ti? Bueno, tampoco sería tan extraño. Pero no. Lo hacemos por el niño, eso lo tenemos claro. ¿Y qué te crees que va a conseguir el niño jugando en este puñetero pueblo? ¿Qué va a conseguir? Un mojón, eso va a conseguir. El niño me necesita al cien por cien, concentrado, pendiente de él, supervisando los entrenamientos, ¿comprendes? Si no estoy yo ahí, ¿quién coño se va a dar cuenta de lo que vale este? ¿Pero tú te das cuenta la pandilla de desgraciados que nos rodean? Esto lo hacemos por el niño, métetelo en la cabeza. Y es una inversión, sí, no me mires así. Lo hemos organizado todo Agus y yo y por mis muertos  que vamos para adelante. Lo que cueste, cojones, lo que cueste. Nos vamos el jueves temprano con los dos chavales. El concurso está previsto para el viernes, pero así les centramos a estos llevándolos  al Bernabeu a ver la sala de trofeos. Que lo huelan, ¿sabes?  que se empapen de orgullo de gloria deportiva que es a lo que huele eso. Bah, no has estado nunca ahí y no tienes ni idea de a lo que huele esa bandera limpia y blanca que no empaña. Y claro, claro que comemos ahí. Creo que es un restaurante de cinco tenedores, bueno, pues donde come todos los días Florentino, y Mouriño, supongo. Pues lo que cueste, cojones, lo que cueste. Ya se lo he dicho a Agus, lo que cueste, Agus, lo que cueste, que estamos en el templo del club castizo y generoso, mal no nos darán de comer, joder. Y por la tarde, ale, inscribimos a los chavales y a dar un paseo por los alrededores del Bernabeu, que algún día nuestro hijo pueda recordar esa fecha como el día en que comenzó su historia en el Real Madrid gracias a su padre. Y a su madre, sí, claro. Y nada, pasamos la noche en la pensión y al día siguiente a triunfar, hija, a triunfar, porque en cuanto vean los ojeadores a este chaval te digo yo que se nos abren, ahora sí, las puertas grandes del Bernabeu. Te veo en el palco, niña. Pero bueno, todo a su tiempo. Anda, búscame en la internet desde Quijorna de Carrión cómo se llega al Bernabeu.   Berna con b y luego beu.

sábado, 20 de abril de 2013

LA MADRE DEL PORTERO


Yo soy madre de portero, ¿sabes?
Hay que ser madre de portero para saber de qué hablo.
Tú no entiendes de qué hablo.
Una madre de portero es mucho, eh...
Tú mira a las madres de los futbolistas y busca a ver quién de todas es la madre del portero y ya te digo yo que esa mujer tiene un algo que no tienen las demás. Pues que la ha tocado lo que la ha tocado. Que vamos a ver, que yo no digo que sea una desgracia pero que hay que ponerse en la piel de una madre de portero para saber lo que me digo.
El delantero tira a puerta y falla, no pasa nada, qué va a pasar. No pasa nada.
Incluso se le aplaude, fíjate lo que te digo. Que yo hay veces que digo, anda qué coño, pero si lo ha fallao.  Pero...lo aplauden.
El defensa está a por uvas y le hacen un caño que va directo a gol.
¿A quién meten el gol?
 Al portero
¿Quién es en ese momento el personaje del desastre, la vivita imagen del fracaso y la miseria que cae como una losa de cementerio de hormigón armao?
El portero
Yo soy madre de portero y se muy bien lo que me digo.
No voy a compararme con la madre del torero, eso es una desgracia, sí, pero mira la mujer por lo menos puede ser víctima en toda regla y quedarse en casa poniendo velas y todas las compañeras de parroquia acordándose de ella, la pobre lo mal que lo estará pasando, muy mal, con el hijo en la plaza delante de esos bichos, no te cuento, pero en fin, que tiene mucho de épico y de película y de leyenda... es que si me apuras hasta es bonito, vamos, como que la luce a la mujer ese dramón.
Pero a la madre del portero...
Yo me planto en la grada con la bolsa de pipas, chasca, chasca, chasca, a una velocidad que si lo tengo que pensar no me sale. Ya puede pasar Brad Pit en bolas o venirme a la cara un bate de beisbol que yo chasca, chasca, chasca, sumida entre la multitud con la mirada fija y el rostro inmutable tras mis gafas.Y mira, me como el kilo y cuarto a lo largo del partido y ni me lo explico cuando tengo aquí todo el corazón y el estómago, to, aquí lo tengo, atragantaíta. Y harta de pipas. Y aguantas el tirón mientras la cosa pasa en la otra portería pero yo ha habido veces que creí que me moría...
Gooooooooooooooollll
Y yo lo único que veo es a mi hijo a cámara lenta subiendo y bajando por el aire, por esa portería que se ponga del lado que se ponga es la más grande. Y ese balón que no entiendo cómo es posible que haya hecho ese quiebro imposible entrando hasta la red y taponándome finalmente la garganta. Mira...
¿Tú sabes lo que es?
Bocas abiertas, campanillas tililando, ojos desorbitados, puños golpeando el aire, toma toma toma, abrazos en el otro bando... Y la cabeza de mi hijo apuntando hacia el suelo con los brazos en jarras, ese gesto de preguntar a la tierra o al infierno cómo ha sido posible el gol. Yo en ese momento lo único que quiero es tirarme al campo, llegar hasta la portería y salir de allí con mi hijo corriendo porque no puedo con la vida de lo injusto que es que sea él quien ponga la cara para la decepción.
Y ha parado volando como batman uno, dos, tres, estirando la pierna en un espagat,  jugándose la vida al encuentro del delantero, a sus pies con la cara, ha parado lo imparable mi hijo, ya te digo. Pero nada, ese gol que le cuelan a mi me mata.
No soy yo muy de fútbol, la verdad. Sólo por el niño me como yo los madrugones y ese frío que se te mete en los huesos en los secarrales donde juegan las criaturas, y porque me ha tocado esta cruz de ser madre de portero, que hay que ser madre de portero para saber lo que es eso, te lo digo yo.  Pues claro que es tremendo, aunque el niño solo tenga 9 años, si lo sabré yo que soy la madre del portero

miércoles, 13 de marzo de 2013

LA VICTORIA AZUL GRANA



En su piel lechosa, sobre su cuerpo desnudo, ancas de rana parten del trapo, qué trapo. Juraría que lo ha desteñido la lavadora. No, si yo no digo nada, no quiero ofender, que a mí su equipo me la refanfinfla, pero es que mira la indumentaria. Tú mira el personaje. Pues anda que el otro, casi cien kilos de mortadela con el gayumbo, ande irá el superman. Ande irán... y la cerveza, y el chorizo, Mary ponme unas sardinillas en aceite que me dan suerte, y que no suene el teléfono, que qué cojones haces venga a pasar por delante de la tele, coño. Agg... Huy... Ohh... Tu puta madre... Así no, así sí... Dale, dale, y media hora gritando gol. ¿Pero lo has marcado tú, cariño?Tal cual.  Ay qué pena.  Yo con un tipo así no puedo con la vida, no estoy ya para estas tonterías, eh, pero mira el pájaro qué contento. Digo el pájaro por el maromo, ja, no te vayas a creer. Lo otro ni me interesa, ¿tú te crees? Semejante pinta.  Ay la madre que lo parió, no se qué es peor, si verle con ello puesto puesto o encontrarte el elemento en el suelo después del naufragio, jincado a la baldosa con las garras del orín. Eso sí tiene semejante trapo, que la mierda los meaos no se notan.    La madre que lo parió que no le enseñó a este guarro a recoger su ropa.  Me trae suerte, me trae suerte. Me trae un cuerno, eso es lo que me trae. Trae pacá a lavar el calzón de los cojones. Jodido fútbol. 

miércoles, 6 de marzo de 2013

YO SOY DEL MADRID


Yo soy del Madri, como mi padre. Mi hermano Marco también es del Madri y lo más seguro es que termine jugando ahí con Ronaldo y alguno de esos. Porque mi hermano Marco es muy bueno jugando al fútbol, ya le han  querido muchos equipos, el Torre, el del cole y el Torre también, pero mi padre dice que primero tiene estudiar. A mi me gusta mucho ver jugar a Marco. Me encantaría jugar al fútbol como él, porque yo también juego, pero yo solo tengo 7 años y por eso soy peor, pero Marco, que ya tiene 10 juega que te pasas, chaval. Aunque padre se cabrea con él un montón todos los sábados después del partido, y todos los días también se cabrea con él, se cabrea en los entrenamientos.
Mi padre, realmente, casi siempre está enfadado menos cuando Marco mete muchos goles, que pasa a veces. A veces Marco mete 6 goles y papá le llama machote, chavalote y Marquito. El otro día Marco jugó contra mi equipo en un entrenamiento y, jo, fue una pasada, nos marcó dos por la escuadra, uno de vaselina y otro que fue casi una chilena, chaval, y papá le chillaba que te pasas pero a mí solo me dijo al terminar el partido “muy bien, Fito, lo has hecho muy bien” y me hizo así en el pelo. No sé porqué lo dijo, no sé qué fue exactamente lo que hice bien, pero si papá lo dice es porque algo hice bien. Si las cosas no se hacen bien mi padre se enfada que te pasas. El entrenador lo hace casi todo mal, asi que a mi padre no le queda más remedio que chillarle.
 El entrenador es un patán y un desgraciado, que no tiene ni idea, pero el club lo ha puesto ahí porque como es un muerto de hambre y debe ser familia de alguien le tienen que dar trabajo. El entrenador de Marco es Elhijoputaese y el mío Guille. Guille es majo. Elhijoputaese también es majo a veces, papá le llama entonces Alvaro.  
  Elhijoputaese tiene mucho que aprender, y mira que papá le dice las cosas clarito. Mi padre siempre lleva a Marco al entrenamiento precisamente para ver qué hace Elhijoputaese y por si le tiene que explicar cómo son las cosas. Mi hermano es un dios del fútbol, chaval, eso lo sabe todo el mundo, y su entrenador también, pero como quiere hacer las cosas a su manera pues mete la pata. Los padres de Pablo y de David también van todos los días a ver a mi hermano, bueno, y a sus hijos, pero ellos dicen, joder cómo juega tu hijo. 
Y yo también voy a veces a ver entrenar a Marco  porque, claro, son tan mantas, chaval, que nos hacen entrenar a uno en una punta deTorre y al otro en la otra punta, en el mismo pueblo pero a tomaporculo, chaval. Y, claro, mi padre no es taxista, no se puede dividir ni multiplicar. A mí me lleva mi madre siempre al entrenamiento, un rollo porque no tiene ni idea de fútbol, se piensa que fuera de juego es el final del partido y ella va con los equipos que tiene camisetas verdes, aunque su color favorito es el rosa, pero como la pobre no tiene ni idea de fútbol pues prefiere ir a hacer la compra que se lo pasa mejor, y si no voy a entrenar pues tampoco pasa nada porque soy patizambo.
O eso dice mi padre cuando me da un pestorejazo, este pobre es patizambo. Zas, y me da una colleja.  Mi madre ya me ha explicado que sí soy madrileño, que lo de patizambo no es ser de un país, es ser un poco gracioso con los pies.
Mi entrenador Guille  dice qué coño vas a ser tú patizambo, corre por el balón que te doy una patada en el culo. Lo dice de mentira. Lo malo es que si no voy al entrenamiento Guille no me convoca. Y a mí me gusta que Guille me haga así con el dedo los viernes y me diga Superfito. Y Superfito soy yo.
En mi equipo lo pasamos a veces muy bien y a veces regular o mal. Somos 25 o más y mi entrenador dice que tenemos que jugar todos, pero que somos muchos, por eso el club nos obliga ir a todos los partidos aunque no estemos convocados, para pillar la téznica. Mamá dice que es una vergüenza, que pagamos mucho dinero al clú para que nos fustren a los niños, pero papá le dice tú callate que ya se yo de qué van estos mamones.
Los mamones son los que tienen en palmitas al entrenador de Marco. Elhijoputaese no convocó un día a mi hermano porque le dijo yunhuevo y  papá casi se lo come, no lo hizo, pero se la juró por sus muertos que se la tiene jurada y y el beso que dio al anillo del dedo según dijo por estas me dió más miedo que el fantasma que pasa por el pasillo cuando hace pis el niño del Sexto Sentido.  Que no me dio miedo cuando la vi, chaval. Pero lo malo es que tengo muchas pesadillas por la noche y no me puedo dormir aunque se que es de mentira y que no hay muertos por la casa. Los muertos no existen. Ni los fantasmas…
Nos dejan en el banquillo de al lado del banquillo de los que están convocados. Jo, qué frío pasamos, bueno, ahora que es invierno se pasa un frío… porque no podemos taparnos con nada, vamos todos con el chandal y ya. A mi me gusta más ir así, porque la equipación del Torreña es muy molona, chaval, Imaginate que, de pronto, se lesionan todos los convocados o muchos y tienen que ponerme a mi, pues como voy vestido pues sí puedo jugar. Pero no ha pasado nunca. El pobre de Gaspar no puede ir los sábados porque su padre se lo prohibe, dice que o juega o no va. Mamá igual, que o juego o ella no va a levantarse a las 7 de la mañana un sábado, a  llevarme a la otra punta de Torre, una hora de coche, perder la mañana, para pasar frío todos y que yo no juegue. Y papá dice pues haz lo que quieras. Como soy patizambo no vamos cuando jugamos fuera. Ni papá me lleva. Bastante tiene él con entrenar a Marco y vigilar a su entrenador. Y al árbitro. Que es que si mi padre no está ahí vigilando nos toman el pelo a todos los del clu. Yo pienso que hemos tenido muy mala suerte con el fútbol, con lo que disgusta a mi papá, me da mucha pena, y miedo. Pero claro, si Marco va a jugar en el Madri tiene que ser así y nos sacrificamos. Pero papá se desgañita chillando.     
  No me gusta nada que mi padre chille así, me cago de miedo.  Lo peor es cuando chilla al árbitro, no me da miedo el árbitro pero no entiendo porqué tienen que ser tan malas personas y portarse tan mal y hacernos sufrir,  pero hay muchos padres de los otros equipos que han comprado al árbitro y sí que le quieren y les molesta que mi padre les diga las verdades como puños, y cuando las verdades son como puños se llaman puñetazos. Yo me hice cacas un día y como lloraba mucho se pensaban que me habían dado en la pelea. Solo un empujón que me tiró al suelo. La mamá de Alejo me quería llevar a los vestuarios de lo mal que olía pero yo sólo quería cogerle a mi padre de la chupa o del jersey, colgarme de donde pudiera.
Mi padre no me habló de camino a casa, iba con un cabreo que te pasas y casi tenemos un accidente,   por culpa de uno que no quería que nos saltáramos el estor. ¿Y qué pasa si me he saltado el estor, eh, listo, qué cojones pasa? ¿Quieres que me baje y me enseñas el estor?  Le chilló mi padre por la ventanilla. Pero el señor estaba arrepentido porque casi nos da así que no se bajó del coche y ya no dijo nada. Mi padre estuvo mirando un montón por el retrovisor muy enfadado pero no se fijó en mí ni en que me había cagado. Se lo había dicho la mamá de Alejo, anda  Ramón, llévate a los niños a casa y déjate de peleas que, de verdad,  estamos siempre con las mismas. ¿Pero tú has visto a esos cabrones? Si han sido ellos los que han empezado. Como siempre, pero que mires a ver al pobre Fito, Ramón, que esta criatura se te ha descompuesto. ¿Este? Este es un machote, ¿verdad, Fito? Y yo me colgué de su mano con una sorbida de mocos machote perdido y con el culo quemado obligándome a caminar espatarradillo. Marcos no se duchó ese día ni pasó por los vestuarios porque según nos enganchaba papá en mitad de su furia le dio tiempo a llamarles cagaos a los otros padres. ¡Y cagones, que os huele el culo a mierda, mariconazos! Tiró de nosotros como el pulpo mecánico de la feria. Anda, pensé yo, asi que nos hemos hecho caca unos cuantos. Y me sentí mucho mejor, los cagados eran los del equipo contrario.