En su piel lechosa, sobre su cuerpo desnudo, ancas de rana parten del trapo, qué trapo. Juraría que lo ha desteñido la lavadora. No, si yo no digo nada, no quiero ofender, que a mí su equipo me la refanfinfla, pero es que mira la indumentaria. Tú mira el personaje. Pues anda que el otro, casi cien kilos de mortadela con el gayumbo, ande irá el superman. Ande irán... y la cerveza, y el chorizo, Mary ponme unas sardinillas en aceite que me dan suerte, y que no suene el teléfono, que qué cojones haces venga a pasar por delante de la tele, coño. Agg... Huy... Ohh... Tu puta madre... Así no, así sí... Dale, dale, y media hora gritando gol. ¿Pero lo has marcado tú, cariño?Tal cual. Ay qué pena. Yo con un tipo así no puedo con la vida, no estoy ya para estas tonterías, eh, pero mira el pájaro qué contento. Digo el pájaro por el maromo, ja, no te vayas a creer. Lo otro ni me interesa, ¿tú te crees? Semejante pinta. Ay la madre que lo parió, no se qué es peor, si verle con ello puesto puesto o encontrarte el elemento en el suelo después del naufragio, jincado a la baldosa con las garras del orín. Eso sí tiene semejante trapo, que la mierda los meaos no se notan. La madre que lo parió que no le enseñó a este guarro a recoger su ropa. Me trae suerte, me trae suerte. Me trae un cuerno, eso es lo que me trae. Trae pacá a lavar el calzón de los cojones. Jodido fútbol.
Testimonios en primera persona de grandes protagonistas del mundo del fútbol. Su lado más íntimo y un montón de anécdotas
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miércoles, 13 de marzo de 2013
LA VICTORIA AZUL GRANA
En su piel lechosa, sobre su cuerpo desnudo, ancas de rana parten del trapo, qué trapo. Juraría que lo ha desteñido la lavadora. No, si yo no digo nada, no quiero ofender, que a mí su equipo me la refanfinfla, pero es que mira la indumentaria. Tú mira el personaje. Pues anda que el otro, casi cien kilos de mortadela con el gayumbo, ande irá el superman. Ande irán... y la cerveza, y el chorizo, Mary ponme unas sardinillas en aceite que me dan suerte, y que no suene el teléfono, que qué cojones haces venga a pasar por delante de la tele, coño. Agg... Huy... Ohh... Tu puta madre... Así no, así sí... Dale, dale, y media hora gritando gol. ¿Pero lo has marcado tú, cariño?Tal cual. Ay qué pena. Yo con un tipo así no puedo con la vida, no estoy ya para estas tonterías, eh, pero mira el pájaro qué contento. Digo el pájaro por el maromo, ja, no te vayas a creer. Lo otro ni me interesa, ¿tú te crees? Semejante pinta. Ay la madre que lo parió, no se qué es peor, si verle con ello puesto puesto o encontrarte el elemento en el suelo después del naufragio, jincado a la baldosa con las garras del orín. Eso sí tiene semejante trapo, que la mierda los meaos no se notan. La madre que lo parió que no le enseñó a este guarro a recoger su ropa. Me trae suerte, me trae suerte. Me trae un cuerno, eso es lo que me trae. Trae pacá a lavar el calzón de los cojones. Jodido fútbol.
miércoles, 6 de marzo de 2013
YO SOY DEL MADRID
Yo
soy del Madri, como mi padre. Mi hermano Marco también es del Madri y lo más
seguro es que termine jugando ahí con Ronaldo y alguno de esos. Porque mi
hermano Marco es muy bueno jugando al fútbol, ya le han querido muchos equipos, el Torre, el del cole
y el Torre también, pero mi padre dice que primero tiene estudiar. A mi me
gusta mucho ver jugar a Marco. Me encantaría jugar al fútbol como él, porque yo
también juego, pero yo solo tengo 7 años y por eso soy peor, pero Marco, que ya
tiene 10 juega que te pasas, chaval. Aunque padre se cabrea con él un montón
todos los sábados después del partido, y todos los días también se cabrea con
él, se cabrea en los entrenamientos.
Mi
padre, realmente, casi siempre está enfadado menos cuando Marco mete muchos
goles, que pasa a veces. A veces Marco mete 6 goles y papá le llama machote,
chavalote y Marquito. El otro día Marco jugó contra mi equipo en un
entrenamiento y, jo, fue una pasada, nos marcó dos por la escuadra, uno de
vaselina y otro que fue casi una chilena, chaval, y papá le chillaba que te
pasas pero a mí solo me dijo al terminar el partido “muy bien, Fito, lo has
hecho muy bien” y me hizo así en el pelo. No sé porqué lo dijo, no sé qué fue
exactamente lo que hice bien, pero si papá lo dice es porque algo hice bien. Si
las cosas no se hacen bien mi padre se enfada que te pasas. El entrenador lo
hace casi todo mal, asi que a mi padre no le queda más remedio que chillarle.
El entrenador es un patán y un desgraciado,
que no tiene ni idea, pero el club lo ha puesto ahí porque como es un muerto de
hambre y debe ser familia de alguien le tienen que dar trabajo. El entrenador
de Marco es Elhijoputaese y el mío Guille. Guille es majo. Elhijoputaese
también es majo a veces, papá le llama entonces Alvaro.
Elhijoputaese
tiene mucho que aprender, y mira que papá le dice las cosas clarito. Mi padre siempre
lleva a Marco al entrenamiento precisamente para ver qué hace Elhijoputaese y
por si le tiene que explicar cómo son las cosas. Mi hermano es un dios del
fútbol, chaval, eso lo sabe todo el mundo, y su entrenador también, pero como
quiere hacer las cosas a su manera pues mete la pata. Los padres de Pablo y de
David también van todos los días a ver a mi hermano, bueno, y a sus hijos, pero
ellos dicen, joder cómo juega tu hijo.
Y yo también voy a veces a ver entrenar a Marco porque, claro, son tan mantas, chaval, que nos hacen entrenar a uno en una punta deTorre y al otro en la otra punta, en el mismo pueblo pero a tomaporculo, chaval. Y, claro, mi padre no es taxista, no se puede dividir ni multiplicar. A mí me lleva mi madre siempre al entrenamiento, un rollo porque no tiene ni idea de fútbol, se piensa que fuera de juego es el final del partido y ella va con los equipos que tiene camisetas verdes, aunque su color favorito es el rosa, pero como la pobre no tiene ni idea de fútbol pues prefiere ir a hacer la compra que se lo pasa mejor, y si no voy a entrenar pues tampoco pasa nada porque soy patizambo.
Y yo también voy a veces a ver entrenar a Marco porque, claro, son tan mantas, chaval, que nos hacen entrenar a uno en una punta deTorre y al otro en la otra punta, en el mismo pueblo pero a tomaporculo, chaval. Y, claro, mi padre no es taxista, no se puede dividir ni multiplicar. A mí me lleva mi madre siempre al entrenamiento, un rollo porque no tiene ni idea de fútbol, se piensa que fuera de juego es el final del partido y ella va con los equipos que tiene camisetas verdes, aunque su color favorito es el rosa, pero como la pobre no tiene ni idea de fútbol pues prefiere ir a hacer la compra que se lo pasa mejor, y si no voy a entrenar pues tampoco pasa nada porque soy patizambo.
O
eso dice mi padre cuando me da un pestorejazo, este pobre es patizambo. Zas, y
me da una colleja. Mi madre ya me ha
explicado que sí soy madrileño, que lo de patizambo no es ser de un país, es
ser un poco gracioso con los pies.
Mi
entrenador Guille dice qué coño vas a
ser tú patizambo, corre por el balón que te doy una patada en el culo. Lo dice
de mentira. Lo malo es que si no voy al entrenamiento Guille no me convoca. Y a
mí me gusta que Guille me haga así con el dedo los viernes y me diga Superfito.
Y Superfito soy yo.
En
mi equipo lo pasamos a veces muy bien y a veces regular o mal. Somos 25 o más y
mi entrenador dice que tenemos que jugar todos, pero que somos muchos, por eso
el club nos obliga ir a todos los partidos aunque no estemos convocados, para
pillar la téznica. Mamá dice que es una vergüenza, que pagamos mucho dinero al
clú para que nos fustren a los niños, pero papá le dice tú callate que ya se yo
de qué van estos mamones.
Los
mamones son los que tienen en palmitas al entrenador de Marco. Elhijoputaese no
convocó un día a mi hermano porque le dijo yunhuevo y papá casi se lo come, no lo hizo, pero se la
juró por sus muertos que se la tiene jurada y y el beso que dio al anillo del
dedo según dijo por estas me dió más miedo que el fantasma que pasa por el
pasillo cuando hace pis el niño del Sexto Sentido. Que no me dio miedo cuando la vi, chaval.
Pero lo malo es que tengo muchas pesadillas por la noche y no me puedo dormir
aunque se que es de mentira y que no hay muertos por la casa. Los muertos no
existen. Ni los fantasmas…
Nos
dejan en el banquillo de al lado del banquillo de los que están convocados. Jo,
qué frío pasamos, bueno, ahora que es invierno se pasa un frío… porque no
podemos taparnos con nada, vamos todos con el chandal y ya. A mi me gusta más
ir así, porque la equipación del Torreña es muy molona, chaval, Imaginate que,
de pronto, se lesionan todos los convocados o muchos y tienen que ponerme a mi,
pues como voy vestido pues sí puedo jugar. Pero no ha pasado nunca. El pobre de
Gaspar no puede ir los sábados porque su padre se lo prohibe, dice que o juega
o no va. Mamá igual, que o juego o ella no va a levantarse a las 7 de la mañana
un sábado, a llevarme a la otra punta de
Torre, una hora de coche, perder la mañana, para pasar frío todos y que yo no
juegue. Y papá dice pues haz lo que quieras. Como soy patizambo no vamos cuando
jugamos fuera. Ni papá me lleva. Bastante tiene él con entrenar a Marco y
vigilar a su entrenador. Y al árbitro. Que es que si mi padre no está ahí
vigilando nos toman el pelo a todos los del clu. Yo pienso que hemos tenido muy
mala suerte con el fútbol, con lo que disgusta a mi papá, me da mucha pena, y
miedo. Pero claro, si Marco va a jugar en el Madri tiene que ser así y nos
sacrificamos. Pero papá se desgañita chillando.
No me
gusta nada que mi padre chille así, me cago de miedo. Lo peor es cuando chilla al árbitro, no me da
miedo el árbitro pero no entiendo porqué tienen que ser tan malas personas y
portarse tan mal y hacernos sufrir, pero
hay muchos padres de los otros equipos que han comprado al árbitro y sí que le
quieren y les molesta que mi padre les diga las verdades como puños, y cuando
las verdades son como puños se llaman puñetazos. Yo me hice cacas un día y como
lloraba mucho se pensaban que me habían dado en la pelea. Solo un empujón que
me tiró al suelo. La mamá de Alejo me quería llevar a los vestuarios de lo mal
que olía pero yo sólo quería cogerle a mi padre de la chupa o del jersey,
colgarme de donde pudiera.
Mi
padre no me habló de camino a casa, iba con un cabreo que te pasas y casi
tenemos un accidente, por culpa de uno que no quería que nos
saltáramos el estor. ¿Y qué pasa si me he saltado el estor, eh, listo, qué
cojones pasa? ¿Quieres que me baje y me enseñas el estor? Le chilló mi padre por la ventanilla. Pero el
señor estaba arrepentido porque casi nos da así que no se bajó del coche y ya
no dijo nada. Mi padre estuvo mirando un montón por el retrovisor muy enfadado
pero no se fijó en mí ni en que me había cagado. Se lo había dicho la mamá de
Alejo, anda Ramón, llévate a los niños a
casa y déjate de peleas que, de verdad,
estamos siempre con las mismas. ¿Pero tú has visto a esos cabrones? Si
han sido ellos los que han empezado. Como siempre, pero que mires a ver al
pobre Fito, Ramón, que esta criatura se te ha descompuesto. ¿Este? Este es un
machote, ¿verdad, Fito? Y yo me colgué de su mano con una sorbida de mocos
machote perdido y con el culo quemado obligándome a caminar espatarradillo.
Marcos no se duchó ese día ni pasó por los vestuarios porque según nos
enganchaba papá en mitad de su furia le dio tiempo a llamarles cagaos a los
otros padres. ¡Y cagones, que os huele el culo a mierda, mariconazos! Tiró de
nosotros como el pulpo mecánico de la feria. Anda, pensé yo, asi que nos hemos
hecho caca unos cuantos. Y me sentí mucho mejor, los cagados eran los
del equipo contrario.
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